Los 2000 primeros kilometros…


 

Podría intentar sintetizar los mejores momentos de estos 2 primer meses, como esa noche en el cuartel de los Bomberos Volontarios de Brandsen, donde conocí a Hombres de corazón y de pasión, quien por la mañana me dieron el saludo justo después de hacer la broma de llamar a la radio local por una entrevista, o también esa familia de San Nicolas cuya la madre me invitó a parar en su casa, porque el lugar donde había parado no le parecía suficientemente seguro y cuyos chicos me dijeron al oído que no querían que me fuera o que al menos tendría que volver, esto un día antes de darme la banda con los colores de su equipo de rugby.
Podría también contar esas lágrimas derramadas sobre las mejillas de hombres y mujeres, ahora amigos y amigas a la hora de despedirme pero debería entonces hablar de todas esas ocasiones cuando fueron mis ojos que se llenaron de lágrimas.
Podría añadir que no hay casualidades cuando conozco a un anciano marinero en el Norte de Argentina, quien me da como misión entregar a su amigo en Ushuaia un articulo recortado en el periódico local, foto de él de vuelta de una pesca milagrosa, articulo que firma « Ves, aquí también hay pescas, te lo había dicho, no? » Como para sacarme los últimos dudas sobre el éxito de mi desafío al darme una misión que cumplir…
Pero debería entonces detallar ese día cuando me creí mas poderoso que la Naturaleza porque se había atravido a retrasarme por lluvia y que cuando re empezó a llover, grité que me trajera viento y frío, porque no « iba a darme por vencido »…Cuando salí de los baños después de una hora bajo el secador de manos para secarme y calentarme, simplemente he mirado al cielo pidiendo perdón.
También habría que dibujar los ojos de los chicos cuando columpiaban la bicicleta cargada, y nuestras sonrisas compartidas a la hora de sacar una foto.
Ademas, valdrá la pena lo que me paso por el corazón cuando fui invitado a una charla budista en Buenos Aires, guiada por un maestro japonés en Castellano, como la reunión de 2 mundos a los cuales pertenezco.
Quisiera igualmente explicarle con detalles el orgulloso que siento cuando me expreso en ese idioma tan cerca de mi corazón.
Al final, ya que estamos, explicaré por qué he conocido a esa Chilena tan hermosa en la primera parte del viaje, que me ha enseñado tanto sin decir nada, simplemente por ser y creer.

Pero no la haré…

Me siento aquí como en mi propia casa, soy yo como por todas parte pero aquí, un poco mas. Me encanta esa manera que tienen los Argentinos de abrir los brazos al mismo tiempo que el corazón. Es cierto, estoy viajando, de paso y con un caudal de simpatía que me proporciona la bici pero hay mas, esa manera de ser, lo soy yo…
Me vuelven en la cabeza 2 frases hermosas: « De que sirve esperar mañaña para dar todo lo que se pueda bajo el pretexto de « ver si nos llevamos bien » mientras que hoy puede ser la ultima vez que nos veamos? » y « Eso es mi país » echado en el aire con orgullo por un amigo a la hora de compartir el asado con unos compañeros… Resuenan como notas de felicidad aquí adentro.

No tengo muchas fotos para mostrar, debo concederlo… un poco extraño de parte de alguien que se presenta como « hombre de imágenes y fotógrafo »… la verdad es que no me siento totalmente turísta aquí, no totalmente de paso… me contento con andar con las manos en el bolsillo (tranquilamente), sin  sentir la necesidad de grabar cualquier cosa, estando cierto que ese sentimiento que me habita puede reproducirse al infinito… pero Argentina merece de ser fotografiada así que lo haré, prometido.

No digo que es fácil, absolutamente no… Es el desafío físico y mental mas intenso e introspectivo que he conocido. Es cierto que hay como una abnegación al dolor cuando uno sabe que quedan como 3500km de esfuerzo a realizar hasta la meta siguiente pero no facilita el tema. Me sorprende a ver como el cuerpo se ha adaptado: he perdido como casi toda mi grasa y los músculos se han caído a la altura de mis piernas, pero me quedo impresionado, yo que pensaba ser un « sprinter » mas que un maratonista, cuando en la ruta, el corazón y la cabeza no se detienen de alternar entre amores pasados y sueños sobre el futuro pero que las piernas y el músculo dentro del pecho, ellos, siguen empujando con servidumbre.

No crean que es fácil, es casi imposible. Basta con ver los ojos de los Argentinos cuando les cuento que voy bajando el país entero hasta el fin del mundo, solo con la bici. Si que hay como una forma de orgullo aquí, lo admito, y por una vez, lo valora mientras me valoro.
Sé que cuando llegue a Ushuaia, ya seré otra persona…o no…

Me gustan eso momentos privilegiados, raros y de gran intensidad que forman parte de una vida que se desarrolla como una caminata como cuando vi de lejos levantarse una tormenta, avanzar hacia mi y descargar sobre mi ser toda la potencia que contiene un cielo en furia. Simplemente, me acuerdo haberme preguntado como fuera posible tal fuerza. En ese instante preciso, todos mis « yos » eran conectados, agarrados  al manejador como a una rama de supervivencia.
Sé que esos segundos se quedaron para siempre. Me filmé al salir de la tormenta y me rio todavía a ver la cara de adolescente que ponía a darse cuenta un poco mas del mundo que le rodea.
También, hay ese viento que nada para, que desalma casi quirúrgicamente toda forma de energía, y que licúa las mejores voluntades del mundo…
Es una experiencia casi intima de avanzar contando los metros, la cabeza hundida en los humeros, los ojos casi cerrados cuando miran por delante, pero a menudo fijados sobre las pedales, como para ayudar a esas piernas que a pesar de todo siguen empujando.
En cuanto a estar solo en el mundo, sobre las rutas argentinas, mejor vale aceptar ese sentimiento desde el principio, por miedo de pegar la depre enseguida. Los Belgas, no tenemos ninguna idea de lo que significa 500km de monotonía concreta…Pero cuando al anochecer aparecen las estrellas y el silencio baña el ambiente, eso impone su ley a todas las soledades de su Universo interior.
El ruido del silencio, como me lo reveló alguien, será el titulo de un próximo articulo muy hermoso.

Algunas veces ya, han hablado de mi mencionando como una paz interior, es verdad que es fácil de verse adelantar cada día más, solo basta con mirar los kilómetros que suceden pero se que hay otra cosa.
Una historia que se desarrolla, es cierto… pero hasta encontrarla, me quedan como 3500km hasta el fin del mundo… no se para vosotros, pero el nombre solo me sueña…

Si la vida no hace regalos, porque me siento tan mimado entonces?

Y como si no bastara con todo eso, ya tengo otro proyecto que se va desplegando por la cabeza y en el corazón, pero eso es otra historia que contarles.

Si tuviera solo un pedido de Navidad, seria inventar una manera de abrazar por mail a mis amigos para que sientan hasta qué punto son preciosos y que les quieres…

Por favor Papa Noel, por favor…

Sebas



Posted on 16th décembre, by Sebas in Cycling South America


2 réponses à “Los 2000 primeros kilometros…”

  1. Catherine dit :

    Iluminas a todos los que se cruzan en tu camino. Es imposible no dejar tu huella impregnada en sus corazones. No te sorprendas!, cosechas lo que siembras porque eres una persona maravillosa.

    Rezaré para que Papa Noel cumpla tus deseos!! Ya verás que se harán realidad. ;)

    Sigue disfrutando cada instante de tu viaje!!

    Te quiero mucho
    Cath

  2. ELY dit :

    Sebastian, cuando te cruzamos en la ruta no podíamos creer lo que veíamos,paramos ,te ofrecimos agua,y fue muy emocionante escucharte decir q estabas recorriendo nuestro país en bicicleta,estabas a 74km de Comodoro Rivadavia. Esperábamos ansiosos tu llegada a nuestra casa,y poder ofrecerte un hogar donde te sintieras contenido, y recuperaras fuerzas para poder seguir con tu aventura. Es hermoso escucharte hablar de tus viajes,Sebastian, te deseamos lo mejor en tu viaje y esperamos volverte a ver , estuviste pocas horas con nosotros , pero despertaste un sentimiento muy especial,vas dejando una huella muy marcada en cada lugar q estas, y eso habla muy bien de vos, sos una persona muy especial,te queremos mucho
    MARCELO Y ELY

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